Esos ojos verdes...

E dijo que si y mi nervios también. Fue puntual, baje y ahí estaba el, con sus ojos verdes hermosos que me derretían y me hacia sonreír. Y otra vez los nervios se apoderaban de mí, fuimos en búsqueda de sushi y bajamos la botella de vino blanco para degustar y luego iniciar la batalla. Debo decir que es un gran jugador y que ya a esa altura de mi sensación mezclada con el vino, el sushi y las velas, ya nada sabía de estrategias. Y así era como comenzaban las fotos de los juegos ganados.  Y así era como las velas se derretían y yo me derretía junto a él. Se acerco y me invito al balcón. Entre miradas escondidas me beso y que linda sensación. No hay nada más lindo que encontrarse con alguien que bese tierna y apasionadamente y que sepa que la mano sobre mi nuca es mi mayor punto de vulnerabilidad. Esa noche no paso más nada que eso y me encanto. Yo venía de historias, de garches sin sentidos, el venia de un corte y sin embargo nos encontramos en el mismo lugar. Sin querer. Esa noche nos entendimos. Nos escuchamos. Esa noche compartimos risas sin sentidos. E se fue con una sonrisa y se llevaba esos ojos que a mí me derretían, era la combinación perfecta. Al subir los 9 yo flotaba junto a mis pensamientos. No sabía que iba a pasar, estaba todo bien, pero por dentro tenía miedo del fantasma de la ex. Y así empezó esta historia…