Historia del no-ve no-C 2

"Tenias razón". No hacia falta nada mas. No era necesario preguntar, ni castigar. El estaba a kilómetros. Sabia muy bien que seguramente no la estaba pasando tan bien ( reitero: conocía muy bien las jugadas de dicha Srta. y no eran celos histéricos míos, la conocía lo suficiente como para saber que era capaz de hacer cualquier cosa, CUALQUIER COSA).

Un mes mas tarde, conversábamos vía messenger, de la charla se derivo que yo me había quedado sin cigarrillos y tenia que ir al kiosco a comprar, de la charla se derivo que el estaba dos pisos abajo y lógicamente no le creía, no podía ser que este ahí...dos segundos pasaron  para sentir sus pasos subiendo por la escalera y reencontrarnos después de mucho tiempo... después de mucho silencio, después de mucho llanto. 

Es el abrazo que hasta el día de hoy sigo recordando. Son los ojos que vi, desarmado, dolido, envuelto en furia, envuelto de dolor, pero que detrás de todo eso estaban esos ojos que brillaban a pesar de todo y que pedían perdón. No fue necesario decirle nada, solamente explicarle que estaba dolida y que jamas iba a permitir que esto vuelva a suceder. A partir de ahí nunca mas nos volvimos a separar, nuestra amistad volvió a ser como siempre, salvando las distancias volvió a Chicago, pero siempre existían los mails, llamados, historias, vueltas a Argentina, visitas a su Pueblo natal junto a su familia, salidas y abrazos eternos. Juan es de esas personas que después de terminar la carrera emprendió el viaje...pero no de vuelta, se dedico a viajar por el mundo y aun así lo sigue haciendo. A su manera de encontrarse, a su manera de perderse. El eterno busca vida, el eterno ser que vive enamorado de los viajes, de la vida de los otros, de la vida sin relojes. 

Hoy puedo decir y como siempre le dije "nuestros caminos están cruzados". Hoy es de esos días que quiero recordarlos por siempre, como ese abrazo, como el abrazo que espero darle en un mes...Hoy es el día en que Juan decidió volver a Argentina...y no para irse, sino todo lo contrario.

Y otra lagrima vuelve a caer, pero esta vez de alegría!